"Mission: Imposible III"

“Mission: Imposible III” de J.J. Abrams. Con Tom Cruise, Philip Seymour Hoffman, Ving Rhames, Laurence Fishburne, Keri Russell, Jonathan Rhys Meyer, Maggie Q y Billy Cudrup. Acción. CAL. BASTANTE BUENA

El responsable de la nueva edad dorada de la televisión americana da el salto al cine. J.J. Abrams (“Perdidos”, "Alias”) le salva la trilogía de los superespías a Tom Cruise después de que el hongkonés John Woo casi le diera la extrema unción y tras las espantadas de David Fincher y Joe Carnahan en el último momento, provocadas por diferencias creativas con el menudito actor. Desconozco qué hubieran logrado dos autores tan estimulantes con semejante material entre manos pero el resultado conseguido por Abrams tampoco puede ser, ni mucho menos, calificado como negativo. El novato realizador se propone únicamente entretener al público y cuenta para ello con un amplio catálogo de trucos aprendidos durante su etapa catódica. Así reduce levemente la acción y resalta en lo posible la vida privada del héroe, algo siempre útil a la hora de identificarse con él e involucrarse en su aventura con superior interés. También es buena baza colocar un villano de postín como némesis de Cruise. Philip Seymour Hoffman, más acostumbrado a la peli indie que a las grandes superproducciones veraniegas, aporta convicción y carisma a su desagradable papel, robándole el protagonismo de paso a todo aquel que tenga la desgracia de aparecer a su lado. El resto del reparto se las tiene que apañar con unos papeles que no alcanzan ni el esquema por lo que sus actuaciones se quedan en funcionales, aunque al menos no rechinan. Quizá el mayor error de la cinta sea su paupérrimo crescendo dramático, que desemboca en un “The End” de lo más vulgar, sobre todo teniendo en cuenta el gran potencial de varias de sus anteriores escenas (el ataque sobre el puente, el vuelo entre los molinos...) Por lo demás, lejos de contagiarse de la vena realista impuesta por “El caso Bourne” y su secuela, “Mission: Imposible III” prefiere conservar intactos sus populares emblemas y así no faltarán las caretas, el traidor en el grupo ni esas fantasmadillas chorras que tanto nos gustan. Resumiendo, un producto muy digno que deja un agradable sabor de boca. A ver si no nos lo estropean con una cuarta.
Lo mejor: La eficaz dirección de J.J. Abrams y su barniz ligeramente realista.

Lo peor: Su anticlimático final.