Zinemática: Críticas actualizadas

Si estás cansado de gastarte cinco o seis euros en el cine y encontrarte una y otra vez la misma apestosa mierda, éste es tu sitio. ¡Se acabó el tirar el dinero! Llega la revolución. By Puspus.

Saturday, January 27, 2007

"Rocky Balboa"


“Rocky Balboa” de Sylvester Stallone. Con Sylvester Stallone, Burt Young, Geraldine Hughes, Tony Burton y Milo Ventimiglia. Drama deportivo. CAL. PASABLE.
Directa y sencillota como un puñetazo en la mandíbula, “Rocky Balboa” supone el regreso a las pantallas del sin par Sylvester Stallone. Indiscutible star en los 80, vagabundo sin dirección en los 90 y misteriosa incógnita en la actualidad, el “potro italiano” nos lega con este filme su testamento cinematográfico. Y es que la sexta entrega de Rocky bien podría ser entendida, no sólo como el final de una saga, sino también como la despedida del venerable actor de la voz gangosa. No por otra cosa la peli está cargada de nostalgia. Nostalgia por un tiempo que jamás volverá, donde la taquilla siempre respondía y el mundo entero coreaba su nombre; Nostalgia por un rostro que aún no había evidenciado los estragos del botox y el bisturí. Nostalgia, en fin, por esos músculos que fueron traicionándole con el paso del tiempo, hasta convertirse en los lamentables colgajos que ahora contemplamos. Como el viejo Balboa a los clientes de su restaurante, Stallone se pone cansino en esa primera hora repleta de diálogos crepusculares, lugares comunes y ñoñería barata, pero es un peaje que hay que abonar para que los sentimientos se desborden en su emocionante segunda mitad. Y es que es sonar el “Gonna fly now” y llenársete los ojos de lágrimas, leñe. Que los clichés abundan, pues sí. Que algunos secundarios dan lástima, pues también. Que todo desprende cierto tufillo a telefilme ochentero, por supuesto. Pero Stallone queda muy digno como protagonista y muy inteligente como director. Recupera ese viejo cine para todas las edades, trufado de buenos consejos y mejores sentimientos, y consigue el aplauso del público en ese imposible combate final donde, por no faltar, no faltan ni los logos del PayPerView y la HBO. Todo el guión es demencial, ya lo sabemos, pero la peli insospechadamente funciona y es de tan fácil digestión que nadie sale enfadado. Niños, creed en las hadas y no fuméis crack, os lo dice vuestro querido tío Rocky.
Lo mejor: Que se gana tu corazón con sus infantiloides mensajes.
Lo peor: Esa primera media hora que parece durar siglos.

Sunday, January 21, 2007

"El truco final: El prestigio"


“El truco final : El prestigio” de Christopher Nolan. Con Hugh Jackman, Christian Bale, Michael Caine, Scarlett Johansson, David Bowie, Andy Serkis y Piper Perabo. Thriller fantástico. CAL. BASTANTE BUENA.
Algo debió sucederle a Christopher Nolan para interesarse tanto por los personajes atormentados, marcados a fuego por la muerte de un ser querido. Tanto el protagonista de “Memento” como el renovado Bruce Wayne de “Batman Begins”, pasando por el culpable policía de “Insomnio”, todos se encuentran traumatizados por el asesinato de alguien cercano. Y esto se repite con el mago decimonónico que clava Hugh Jackman en esta entretenida “El truco final”. Son las marcas de la casa Nolan. Como esa cuidada fotografía, el ritmo pausado (a veces demasiado), la magnífica dirección de actores, la segmentación del “tempo” narrativo... y, no podemos olvidarlo, esa vocación de jugar siempre con el espectador. “El truco final” ha sido concevido como un gigantesco, monstruoso, número de magia. Ya Michael Caine, al comienzo de la cinta, nos advierte: “Quiero que estéis atentos”, invitándonos de esta forma a participar en ella. Y a partir de ahí, comienza la función. Tres actos: “La Presentación”, donde conocemos a los personajes principales de la historia, sus diferentes caracteres, sus metas... “La Actuación”, en la que los trucos del guión comienzan a sucederse y la historia gira, gira y gira hasta casi darse de bruces contra el suelo. Y finalmente, “El Prestigio”, o lo que es lo mismo: la conclusión, ese último gran truco que nos debería dejar con la boca abierta y hacernos estallar en una tremenda ovación. Desgraciadamente para Nolan, su novedoso espectáculo no está a la altura de su ambición y presenta abundantes errores que empañan, al menos parcialmente, su resultado final. Para empezar, las personalidades de los dos magos en cuestión (a pesar de estar correctamente interpretados) se encuentran vistas muy por encima. Sus motivaciones, sus paranoias, no me resultan reales y esto le resta carga dramática a la película. Segundo, conforme las obligatorias vueltas de tuerca se van multiplicando, merman también en credibilidad y capacidad de sorpresa. Mal asunto éste para un complicado juguete que debería ser apasionante. Pero el mayor fallo del filme, lo que le niega ese ansiado aplauso, reside en su último segundo, en ese “chis-pún” en el que Chris Nolan ha basado gran parte de su película. El “Prestigio” de esta función titulada “El truco final” probablemente sí que nos haga abrir los ojos de asombro, pero me temo que no dejará a nadie satisfecho. No es de recibo que una película que se ha mantenido en una línea realista durante todo su extenso metraje se descubra, en su momento cumbre, como una absurda fantasía de sci-fi. Esta es una trampa no merecida que se carga la buena presentación del conjunto. En ese sentido, Nolan es un poco como el personaje de Hugh Jackman: carece de magia pero sabe como vender su espectáculo. Veremos en la segunda de Batman.
Lo mejor: La inteligente estructura multitemporal de su guión. El recital de Hugh Jackman.
Lo peor: Que su tendencia a la trampa desemboque en un “The end” tan decepcionante.

Wednesday, January 17, 2007

"La joven del agua"


“La joven del agua” de M. Night Shyamalan. Con Paul Giamatti, Bryce Dallas Howard, Bob Balaban, Freddy Rodríguez y Jeffrey Wright. Fantástica. CAL. FLOJA.
¡Ya era hora de que el mundo abriese los ojos ante la gran estafa que personaliza M. Night Shyamalan! Que sí, que a mí también me encantó “El sexto sentido” pero es que, desde entonces, ni una decente, señores. Me da en la nariz que a este tío se le ha subido un poco el éxito a la cabeza. Se debe creer el no-va-más. Un clásico entre los clásicos. El nuevo mesías del celuloide. Y para confirmar nuestras peores sospechas basta echar un vistazo al papel que se auto-regala en esta triste peliculilla: el de escritor salvador del universo, nada menos. Jajajajaja... menudo empacho de ego que se lleva!!! Este hombre ha pasado del cameo chorra al secundario esencial en sólo cuatro películas. Sólo cuatro. En la próxima estoy seguro de que será el prota absoluto. Probablemente interprete a la Madre Teresa, o a Cristo, o a la partícula que inauguró la vida en la tierra... no sé, son ideas que se me ocurren. En fin, qué perjudicial es el exceso de halagos, ¿verdad Alonso? Para no alargarnos demasiado con la crítica, sólo afirmar que la peli que nos ocupa es una imbecilidad mayúscula. Así, sin rodeos. Parece que la idea para el proyecto la extrajo Shy de un cuento que solía relatar a sus hijas a la hora de acostarse. Tiene sentido que así sea, pues la trama es tan idiota y las resoluciones tan rematadamente ridículas que uno sólo se lo explica si el guión hubiese sido improvisado sobre la marcha, mientras rodaban. Que un tío que nos premió con dos finales tan memorables como los de “El sexto sentido” o “El protegido” perpetre ahora una tontería como ésta me parece bochornoso. Y encima tenemos que soportar su estúpida filosófía de mercadillo hippy insertada aquí y allá. Como si contemplar esta interminable colección de paridas no fuese suficiente tortura. Lo único que, a estas alturas, le concedo a Shyamalan es que todavía sabe dirigir. Su cámara aún se mueve con notable maestría sobre el escenario y algunas imágenes continuan siendo imborrables. Sólo eso y la magnífica banda sonora de James Newton Howard salvan a “La joven del agua” de un Muy Deficiente en toda regla. Pero lo que antes eran tímidas voces sueltas se han transformado ahora en clamor popular: Shyamalan, chavalote, eres un fraude. Un creído. Un tolai. Esta absurdez la llega a firmar a otro y no la coloca ni en la sesión de tarde de Antena 3. Vuelve al terror puro y duro y déjanos de monsergas de una maldita vez. Anda, por el bien de todos.
Lo mejor: La innegable belleza de muchos de sus planos. La música.
Lo peor: Que resbala hacia lo ridículo tantas y tantas veces que es imposible pasarlo por alto.

Saturday, January 06, 2007

"El Perfume: Historia de un asesino"


“El Perfume: Historia de un asesino” de Tom Tykwer. Con Ben Whishaw, Dustin Hoffman, Alan Rickman y Rachel Hurd-Wood. Thriller. CAL. MUY BUENA.
Años hacía que no sabía nada de uno de mis directores fetiche, el alemán Tom Tykwer. Durante demasiado tiempo este señor, responsable de “Corre, Lola, corre” y la fascinante “La princesa y el guerrero”, presentaba sus filmes en diversos festivales europeos sin que ningún distribuidor nacional se atreviese a a adquirir sus derechos y estrenarlos en España. Debían estar demasiado ocupados financiando obras maestras como “Desde que amanece apetece” o “GAL”. El caso es que esta sequía ha terminado (y auguro que para siempre) con “El Perfume”, brillante adaptación del best-seller de Patrick Süskind y consagración definitiva de Tykwer como “Autor Referencial Europeo”. “El Perfume” cuenta la apasionante historia de Jean Baptiste Grenouille, un hombre de excepcional olfato y obsesivas metas en plena Francia del S. XVIII. De cómo fueron sus miserables orígenes y de cómo, gracias a su nariz, fue escapando progresivamente de ellos, sin dejar nunca de ser un inadaptado peligroso, un conmovedor mutante a la eterna búsqueda de cariño. El desconocido Ben Whishaw encarna este personaje con una convicción desconcertante. Toda la película se apoya sobre sus estrechos hombros y el tío soporta el peso sin el menor atisbo de agotamiento. Casi lo mismo que el genial Dustin Hoffman, que hace suyo al perfumista Baldini y despacha el encargo con una naturalidad que acompleja. Sin embargo, para mí, la verdadera gozada de la película reside en disfrutar del estilazo de Tykwer tras la cámara. Esos primerísimos planos, esa soberbia recreación de la época, esas imágenes que casi hasta “huelen”... A mí este tío me encanta. Qué le voy a hacer. Por eso hasta le perdono ese polémico final, tan criticado por todos, donde algunos planos caen sin ambages en el más absoluto de los ridículos. Todo el filme es un triste y hermoso cuento. Un cuento sobre la soledad, el rechazo y el amor no correspondido. Un cuento que debe terminar como tal. Yo lo entiendo así. Aunque bien es cierto que su tono de farsa desconecta de la gravedad del conjunto...
Lo mejor: Que es CINE con mayúsculas, un sorprendente espectáculo para todos los sentidos.
Lo peor: Ese final pelín grotesco.

"Corrupción en Miami"


"Corrupción en Miami" de Michael Mann. Con Colin Farrell, Jamie Foxx, Gong Li, Luis Tosar y Naomie Harris.Policiaca. CAL. PASABLE.
El problema de “Corrupción en Miami”, la razón por la que costando 135 millones ha recaudado poco menos de 70 durante su estreno en salas, hay que buscarla en la antipatía que generan sus dos personajes protagonistas. Ni Colin (“Tigerland”) Farrell, ni Jamie (Un domingo cualquiera”) Foxx me parecen malos actores, de verdad, pero la pose de macarra de diseño y el mensaje “soy mucho mejor que tú” que lanzan en esta película se han revelado como auténtico veneno para la taquilla. Caen mal. Así de simple. Y si el público es incapaz de identificarse con el héroe de turno todo lo que venga después, por estupendo que sea, resultará innecesario. Así pues, por mucho que se esfuerce Michael Mann con su cámara sucia e inquieta, por mucho que Gong Li y Luis Tosar consigan una pareja de villanos de lo más interesante y por mucho que la peli tenga pasajes logrados (como el tiroteo final o el intermedio cubano), es salir el mostacho de Farrell o la perilla chunga de Foxx e irse automáticamente todo al carajo. Lo peor del asunto (y lo que, de ser yo el manager de estos dos tipos, me preocuparía sobremanera) es que no se trata de ninguna novedad. Foxx ya cayó bastante desagradable con su papel de militar en “Jarhead” mientras que Farrell cosechó odios a mansalva con su deficiente recreación de “Alejandro Magno”. A estos chavales les hace falta un papel positivo más que el comer. Veremos en sus siguientes proyectos. Si no les auguro un descenso a los infiernos tan meteórico como su ascenso.
Lo mejor: La frenética dirección de Mann, ideal para este tipo de producciones.
Lo peor: La nula química entre Foxx y Farrell, cuando ésta debiera ser la base de la función.